Construcción modular:
una tendencia que promete posicionarse en el sector
La transformación digital del sector de la construcción no se limita únicamente a la implementación de nuevas tecnologías en sus procesos. También implica cambios en los métodos constructivos y en el uso de materiales. Todas estas mejoras, que hoy conocemos como soluciones ConTech, no sólo conducirán a una mayor productividad y eficiencia en el sector, sino que también desempeñarán un papel crucial en la reducción del alto impacto ambiental que genera nuestra industria.
Lamentablemente, a nuestro sector se le adjudica más del 39% de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía y los procesos. Debido a esto, es fundamental que busquemos nuevos métodos constructivos que nos permitan optimizar nuestros procesos y lograr desarrollos con el uso de menos recursos. En este contexto es que surge una luz alentadora: la construcción modular. Una alternativa que cada vez se vuelve más popular, no solo en países desarrollados, sino también en regiones como la nuestra, aunque quizá con algunas variantes que no dejan de ser interesantes.
¿Cuál es el rol de la construcción modular para reducir el impacto ambiental que genera nuestro sector?
La construcción modular, como método constructivo sostenible, desempeña un papel clave en la reducción del impacto ambiental. Al fabricar los componentes en fábricas controladas, se logra una mayor eficiencia en el uso de recursos, evitando desperdicios y fomentando la reutilización y el reciclaje de materiales. Además, la planificación y gestión precisa de los recursos en la producción en fábrica permite optimizar su consumo, evitando gastos innecesarios.
¿Qué otros beneficios proporciona la construcción modular?
Uno de los principales beneficios de la construcción modular es que permite construir viviendas, oficinas, centros médicos, campamentos mineros, hoteles, entre otras estructuras, en menos tiempo; esto se debe en gran parte a la construcción industrializada. Mediante esta, llevamos la obra a las fábricas donde podemos “fabricar” o incluso imprimir los módulos para luego trasladarlos al lugar donde serán ensamblados, lo que proporciona no solo ahorro de tiempo, sino también de recursos y mano de obra.
Además, si comparamos la construcción modular actual con la que había hace una década, podemos notar una evolución; por ejemplo, vemos que la velocidad de construcción es mayor y que se pueden hacer construcciones más complejas con el uso de tecnologías (tanto para el diseño como para la fabricación). Sobre esto último, es interesante observar cómo existen compañías que no solo construyen, sino que imprimen módulos. Este es el caso de Baumax, una startup chilena que utiliza una impresora 3D para imprimir en un solo día casas de concreto con bloques prefabricados..
Del mismo modo, respecto a la evolución de la construcción modular, es necesario mencionar que ya no solo se realizan construcciones modulares horizontales, como se hacía tiempo atrás, sino que ahora somos capaces de fabricar edificios de varios pisos y trasladarlos de un extremo a otro del mundo en cuestión de días. Incluso podemos mencionar iniciativas como estas originarias de Latinoamérica, como sucede con Structurall y Modulbox, que ya han construido edificios verticales de hasta cinco pisos. Esta innovación no es ajena a nuestro país donde encontramos ConTech como Ecobuildtec que cuenta con una tecnología patentada gracias a la cual puede incluso fabricar hoteles de 3 pisos.
Las mejoras en la construcción modular también han venido por el lado de los materiales que se emplean para esta técnica constructiva, lo que ha permitido que las edificaciones sean más seguras tanto frente a impactos sísmicos como al fuego.
Es necesario contar con profesionales capacitados para implementar y manejar la tecnología involucrada en la construcción modular.
Como hemos podido observar, la construcción modular es más que construir módulos de forma tradicional y luego llevarlos al lugar donde serán ensamblados; actualmente involucra tecnologías que abarcan desde la fase de diseño, fabricación e incluso el ensamblaje; lo que permite reducir errores de construcción, aprovechar al máximo los materiales, además de reducir los riesgos inherentes al trabajo de campo. Debido a estos cambios en los procesos y materiales, que van más allá del tradicionalismo del sector, es imperante que, como ingenieros civiles, arquitectos y actores activos del sector de construcción, ingeniería y arquitectura, continuemos capacitándonos para comprender y poder implementar esta tecnología y la que venga de la mano con ella; solo de ese modo seguiremos estando vigentes en el sector y contribuiremos a que nuestra industria sea más sostenible, eficiente y rentable.