El nuevo rol del gerente de proyectos
ante la inminente transformación digital del sector construcción
Se suele pensar que el papel de los gerentes de proyectos se reduce a estar en la obra, coordinar con todos los trabajadores, realizar llamadas, estar en varias reuniones todo el día, etc., sin embargo, la realidad de la labor del project manager va más allá y consiste en manejar todos los cambios que se den en el proyecto, los cuales consumen tiempo y afectan las relaciones con el cliente, puesto que tienen repercusión sobre el cronograma y el proyecto en sí.
¿Cuál es la realidad de los project manager?
Pese al avance tecnológico, los gerentes de proyectos continúan enfrentándose a procesos que siguen realizándose igual a cómo se hacía tiempo atrás. Seguimos viendo pilas de papel en las oficinas cuando actualmente existe tecnología que puede eliminar por completo su uso y tener un mejor orden y seguimiento de las órdenes o la documentación.
Y esta no es la única tendencia tecnológica que no se está aprovechando en la industria, existe también la prefabricación, la construcción modular, la impresión 3D, la construcción autónoma, la realidad aumentada, el big data, los equipos conectados, el uso de plataformas colaborativas en la nube, escáner 3D, BIM y seguirán surgiendo más. Las preguntas que nos debemos hacer en este punto son: ¿cuántas de estas tecnologías conocemos? ¿cuántas estamos aplicando en los proyectos? Y, sobre todo, ¿qué tan bien dominamos aquellas que conocemos?
Los gerentes de proyecto son los que tienen la responsabilidad de mantener dentro del cronograma, los costos, la calidad y la seguridad, apoyándose en los jefes de presupuesto, la oficina técnica, entre otros. En este punto, es importante recalcar que el rol del project manager está cambiando, hay cada vez más responsabilidad que cubrir, por lo que deben poseer ciertas habilidades para asumirlas, por ejemplo, la habilidad de usar tecnología e interpretar la lectura de la data generada para una mejor toma de decisiones.
Es cierto que nadie nace sabiendo de transformación digital ni teniendo habilidades digitales, pero ¿nos estamos capacitando? ¿somos conscientes de nuestro futuro como ingenieros? ¿sabemos hacia dónde va la evolución? Y, en segundo lugar, la habilidad de una inteligencia emocional fuerte, relaciones interpersonales y manejar una cultura de equipo. El gerente de proyecto tiene la responsabilidad de mantener dentro del cronograma, los costos, la calidad y la seguridad, apoyándose en los jefes de presupuesto, la oficina técnica, entre otros.
Factores que afecta el panorama
Muchos, a causa de la pandemia, hemos cambiado la forma cómo nos comunicamos y la manera cómo gestionamos los proyectos. Tuvimos que evolucionar, y empezamos a usar plataformas colaborativas básicas y en otros casos, hemos ido más allá empleando aplicaciones para la obra, con el objetivo de usarlas para gestionar formatos, RFIs, planos colaborativos, etc.
Hoy en día existe un gran desafío de comunicación y de aprendizaje mutuo; es el momento de crear equipos multifuncionales y de transferencia de conocimientos en nuestras empresas, donde cada uno aprenda del otro.
Cada vez existen más soluciones en la industria, incluso hay una para cada tipo de proceso, aunque no sea muy útil utilizarlas en un horizonte o sin conectar la data para mejorar los procesos y equipos de trabajo.
Tampoco es útil trabajar sin un plan estratégico, comprando software por los motivos incorrectos. Otro punto que afecta la gestión de proyectos son las expectativas del cliente, y es que algunos desean documentación especial que dificulta el manejo de los aspectos del proyecto.
Asimismo, otro factor (o factores) son las presiones de la industria, donde encontramos la disrupción digital, la construcción industrializada, la escasez de habilidades, la resiliencia al Covid-19, la rentabilidad, el valor para el accionista, la mitigación de riesgos, el crecimiento de ingresos, la eficiencia del proyecto, etc.
El futuro del Project Manager
El rol del project manager seguirá creciendo exponencialmente; lo que puede ser sofocante, sin embargo, hay estrategias y herramientas que pueden usarse, pero debemos ser capaces de identificar las oportunidades tecnológicas de nuestros proyectos o empresas, priorizando aquellas donde se medirá el tamaño y los tiempos de la disrupción, la facilidad para capturar el valor y ajustarlo con las capacidades de la organización o el proyecto. Además, debemos desarrollar la ambidestreza, que es la capacidad para desarrollar y expandir nuevas propuestas de valor sin dejar de ofrecer los resultados desde el negocio tradicional.